jueves, 19 de octubre de 2017

21/52 - Pilar Cordero


Si volviese yo a nacer, sería aquella imponente montaña, como un gran padre que vigila. ¡No! Mejor el lago quieto, matriz que sostiene la vida. El viento silencioso, o ¿aliento? Tal vez me gustaría la soledad de mi propia compañía. Negros, blancos, grises sin estridencias. Diría no a la distracción.

El caso es que actualmente solo soy aquella que observa, el ojo que ve y luego siente y es que sentir, es saber que no estoy muerta. Escucho el latir de la montaña, la quietud del lago, la brillantez del silencio e intuyo al viento que lleva a esa soledad a la otra orilla y, se alegra.

Siento...

Mirada de Pilar Cordero sobre una fotografía de Pedro Tzontémoc.

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