lunes, 16 de octubre de 2017

16/52 - Celia Gómez Ramos


Bruma

Las palabras ruedan solitarias en la quietud, mientras su eco avecina misterio, posibilidades, inmensidad. Los recuerdos en sucesión imparable: estremecen, acuden al encuentro, convocan fragilidad…
Con tal magnificencia de la naturaleza, aun siendo parte insignificante, valiente parece desde fuera, el ser humano en ella. Sabedor de su pequeñez, aquel que observa.
La madre tierra no escucha anhelos ni es generosa; es brío, soberanía, vértigo y pasión, es extremo; es tan caprichosa, que todo lo pacifica y al instante siguiente, requerimos la templanza para lo que venga. Son esos contrastes que nos transportan de la saciedad inmediata, al caos; de la calma, a la angustia; del silencio, al grito; de la vida, a la desaparición mundana. ¿Será satisfactoria la muerte? ¿A dónde pertenecemos? ¿Nos sentimos parte, integrados, unidad? O nos sabemos extraños a lo edificado, amplificaciones de nosotros mismos que han venido mutilándonos. 
Somos ajenos a nosotros: magma, residuo. Somos memoria, personal y colectiva. Rituales… Ancestros… Pausa… ¿Es posible lo estático? ¿Es ardid? ¿Es arte? ¿Es éxtasis?
Ver no es lo mismo que mirar, que contemplar, y los distintos modos de contemplar fabulan, interpretan quizá; lo que no siempre es comprender que en una imagen se puede estar a punto de saltar a la eternidad o naufragar en la tierra misma. Siempre que parece existir calma, un territorio convulso de tensión de la cuerda se cimienta…
Mayor es el vacío, acaso. No vemos lo que es, sino lo que creemos.
El preámbulo de las leyes del universo rotas, la tragedia una y otra vez, donde no hay reparación posible. El ciclo que no lo es más. Ese latido que se expande y pierde en el espacio ignoto… Esa onda expansiva que en algún punto se acaba. ¿Nos alcanzará? Aúlla.
La fuerza de las palabras transforma la naturaleza de lo existente. El poder de ese instante perpetuado, ígneo, que aquí está.
Devoción.

Mirada de Celia Gómez Ramos (escritora) sobre una fotografía de Pedro Tzontémoc.


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