Instante suspendido
Santa Cruz, Argentina / 2001
El presente no existe, es sólo un instante fugaz entre el pasado y el futuro que nos es invisible. Lo vimos por primera vez con el nacimiento de la fotografía, pero fue Eadweard Muybridge quien lo hizo evidente. Hoy lo vemos por todas partes debido a la indiscriminada proliferación de imágenes que nos rodea y sin embargo, parece que cada vez lo vivimos con menor intensidad.
Algunas veces, pocas, casi nunca, el presente se manifiesta por sí solo y, como todo milagro, se presenta en el lugar y momento menos esperado: viajaba por el sur, al extremo sur del continente americano cuando sucedió...
El fluir hipnótico del paisaje hacía parecer que éste era el que se deslizaba rápidamente y no el auto en el que viajábamos. Como el fluir del tiempo entre el pasado y el futuro; un auto fijo en el presente y el paisaje no se detenía: bosques, valles, nubes, montañas, un camino interminable entre el cielo y la tierra hasta que, en ese juego de tiempos relativos, la ruta dejó de zigzaguear. Después de la curva una línea recta y ahí, un cóndor que al sentir nuestra presencia comenzó a tomar impulso para despegar, inmenso de por sí, desplegó sus alas en toda su extensión cubriendo todo el ancho de la carretera que se convertía en aeropuerto. La fuerza de gravedad se oponía al vuelo y en un fragmento de segundo, cuando logró levantar el tren de aterrizaje, todo el presente se hizo presente. Fotografiarlo hubiera sido un pleonasmo, sería banalizarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario